Hotel Lavaggi (Puerto de la Cruz)

El Hotel Lavaggi ofrece una experiencia única y encantadora en Puerto de la Cruz, Tenerife, España. Su ubicación en la Avenida del Generalisimo 8 lo sitúa cerca de diversos puntos de interés, como el Bee Hive Pub, RosaNegra, La Vola y el Anderson Gay Pub & Show Bar.

Las instalaciones del hotel cuentan con una cocina americana, ideal para aquellos que prefieren preparar sus propias comidas.

Además, ofrece habitaciones espaciosas y adaptadas para familias, garantizando una estancia cómoda y agradable. Los huéspedes también pueden disfrutar de su restaurante, donde se sirven deliciosos platos que satisfacen todos los gustos.

Algunos comentarios destacados de los huéspedes son:

-Ya está bastante anticuado y no bien mantenido, la verdad. habitación espaciosa, terraza bien, ubicación bastante buena… la limpieza bien. El servicio correcto. El restaurante básico, pero correcto.

-Estuvimos hace un tiempo en agosto y fue genial el trato de los camareros se portaron muy bien, el trato buena limpieza de habitaciones y ambiente familiar. Nos informaron de los lugares a visitar y nos dieron mucha información de la isla. Un beso grande a todos ellos.

-Estuvimos en el hotel Lavaggi (aunque se podría encajar más en la categoría de apartahotel) a mediados del mes de julio, la duración de la estancia fue de ocho días. Estuvimos en dos habitaciones ya que éramos seis personas. En un principio, cuando llegamos al Lavaggi, la primera impresión que te da es que es familiar, las habitaciones están bien, aunque ya creo que necesita una remodelación, en especial el servicio, que es pequeño. La cocina americana que dispone la habitación (la cual no utilizamos), observamos que no tenían utensilios para la limpieza. En cuanto a la televisión, decir que es de pago, pero si quieres verla puedes bajar a la planta de restaurante y allí hay a disposición una habitación con una tele para los usuarios del hotel. En cuanto a la comida, es buena, nosotros íbamos con media pensión, y puedes elegir cuando se te antoje si prefieres el almuerzo o la cena. Nosotros los ocho días solo hemos desayunado y cenado en el hotel. El desayuno está bien, te sirven café, leche, cacao, croissants y tostadas en la mesa, y hay a disposición pan, fiambres (mortadela, salami, jamón de York, queso), zumos, cereales y agua para que te sirvas tú mismo. En la cena, que es lo que hicimos todos los días, cuando coges el ascensor por la mañana, te encuentras el menú del día, es decir, a elegir entre tres platos de primero, tres de segundo y tres de postre. Cuando llegas al restaurante te reciben y te dan el papel donde están reflejados los platos y tú mismo eliges uno del primero, uno del segundo y otro de postre, y tú apuntas lo que quieres. A mí un día no me gustaba los platos del segundo y elegí dos del primero (en eso no te ponen ninguna pega). Las bebidas valen dos euros, ya sea agua, cerveza o refresco, que puedes pagar al instante o abonarlas una vez que finalice tu estancia. El trato del personal del restaurante es exquisito, en particular la Sra. Berti que es encantadora. Mi hija pequeña es un tanto miedosa para comer y a la hora de elegir no tenía problemas porque si no le gustaba el menú, pedía lo que quería y se lo hacían al instante. Está bien situado, cerca de los lagos Martianes y de donde se coge el tren para ir al Loro Parque, así como de la Plaza del Charco. Lo malo que puedo contar es que si tu habitación da a la calle, al haber una discoteca cerca, hay ruido. Por todo lo demás está bastante bien. Por las noches está amenizada por un piano bar situado en la planta primera, donde está el restaurante, puedes sentarte y escuchar música, así como bailar si lo prefieres…»

-Fuimos a quedarnos allí en fin de año 3 personas. Me encantó el trato de la recepción… quizá los ascensores están un poco anticuados, pero la espera por ellos es muy corta!! Me parece perfecto que cobren 3€ por TV, trabajo en el mundo del turismo y sé lo que es sacarle rentabilidad a un hotel… de resto decir que la decoración no es tan mala, la puerta solía quedarse abierta si no la cerrabas bien, el termo del baño era escaso con respecto a tiempo (10 minutos de agua caliente así) y que la nevera era muy ruidosa en ocasiones incluso llegando a despertarte en plena noche. Por otro lado, decir que la cubertería es escasa, que deberían poner accesorios de limpieza» para fregar los platos… El balcón es amplio, el armario increíblemente grande y limpio, el personal de limpieza encantador y los pasillos sumamente delicados (me encantó su decoración). También creo que debería separarse el sofá cama de la zona de las camas por una rejilla o similar y que conste que el sofá cama es incluso más cómodo que las camas mismas. La zona es céntrica, entre los subterráneos y la Plaza del Charco, pero el hotel está mal señalizado y tardamos un buen rato en encontrarlo (no es que esté alejado, sino camuflado entre tiendas jejej). En general, mi impresión fue increíble en cuestión de calidad-precio, pues nos costó 100€ la estancia del 31 de diciembre y el 1 de enero…. PD: eché en falta una alfombra en el baño y una conexión de internet!!…»